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Crianza Canina: El Poder Materno en el Desarrollo Temprano

El rol esencial de la madre en el aprendizaje y desarrollo de los cachorros

En este artículo, exploraremos el fascinante mundo del comportamiento canino, enfocándonos en uno de los aspectos más cruciales: el cuidado y la crianza de los cachorros durante sus primeros días de vida. Explicaremos por qué es esencial que los cachorros permanezcan con su madre durante al menos 60 días, basándonos en evidencia científica y observaciones etológicas. También describiremos las principales etapas de desarrollo que atraviesan los cachorros durante este período, y cómo la madre influye en su bienestar emocional, físico y social. Cabe aclarar que los periodos que mencionaremos son flexibles y no deben interpretarse con precisión cronológica. En todo caso decís que si bien estás hablando de la madre que es lo central, ahí hay una pequeña comunidad social donde también intervienen los hermanos

Período prenatal

Periodo que comienza a partir de los 45 días de gestación, los fetos de los perros reaccionan a estímulos que condicionarán en mayor o menor medida su carácter, de manera que pueden presentar respuestas a las emociones de la madre y a estímulos táctiles. Existe una correlación entre la intensidad de las reacciones emocionales de la madre con las características sensoriales, motoras y cognitivas de los cachorros, todas ellas mucho más oportunas cuando la madre ha gestado en un entorno favorable. Por el contrario, una madre estresada o maltratada o desnutrida o sin confort durante ese periodo produce hijos de una calidad diferente.

Período neonatal

Esta etapa abarca desde el nacimiento hasta las dos semanas de vida. Los cachorros nacen ciegos, sordos e incapaces de regular su temperatura corporal. Dependen totalmente de su madre para alimentarse, mantenerse calientes y eliminar sus desechos. Los cachorros pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y mamando. Su sentido del tacto y del olfato son los únicos que funcionan. Su desarrollo neurológico y físico depende en gran medida de la estimulación materna y del contacto con sus hermanos de camada.

Período de transición

Esta etapa va desde la segunda semana hasta la tercer semanas de vida. Los cachorros experimentan cambios progresivos en sus sentidos y capacidades que lo conectan con su entorno. Sus ojos y oídos se abren, permitiéndoles ver, oír y responder a estímulos visuales y auditivos. Sus dientes empiezan a salir, comienza a ponerse de pie, intenta caminar, ladra y ensaya interactuar con su madre y hermanos, dando comienzo a una pequeña comunidad social. También se desarrolla el control de la vejiga y el intestino, aprenden a alejarse de su área de descanso para hacer sus necesidades. La madre empieza a reducir el tiempo que pasa con ellos y les enseña suavemente a moderar su comportamiento.

Período de sensible o impronta

Esta etapa va desde la segunda semana hasta la tercer semanas de vida. Los cachorros experimentan cambios progresivos en sus sentidos y capacidades que lo conectan con su entorno. Sus ojos y oídos se abren, permitiéndoles ver, oír y responder a estímulos visuales y auditivos. Sus dientes empiezan a salir, comienza a ponerse de pie, intenta caminar, ladra y ensaya interactuar con su madre y hermanos, dando comienzo a una pequeña comunidad social. También se desarrolla el control de la vejiga y el intestino, aprenden a alejarse de su área de descanso para hacer sus necesidades. La madre empieza a reducir el tiempo que pasa con ellos y les enseña suavemente a moderar su comportamiento.

La madre y los hermanos siguen siendo una fuente de aprendizaje e influencia, pero también lo son los humanos que cuidan de ellos. Esta etapa es fundamental para prevenir problemas de comportamiento futuros.

Aprenden a comunicarse e interpretar señales de lenguaje corporal, tanto verbales como no verbales. También aprenden a regular sus emociones y comienza a tolerar la frustración.

Las conductas aprendidas por un cachorro pueden agruparse genéricamente en dos categorías: las que se desarrollan naturalmente y las que se inhiben por distintos factores del ambiente. Las primeras son aquellas que son posibles de llevar a cabo y pueden ser reforzadas positivamente. Las segundas, son aquellas que el organismo inhibe o autocontrola, ya que son consideradas inapropiadas o indeseables.

Es importante tener en cuenta que el autocontrol y la inhibición de ciertas conductas pueden ser aprendidos y desarrollados a lo largo del tiempo. Es la madre quien ejecuta eficazmente las primeras acciones inhibitorias que regularan sus comportamientos futuros.

Recordemos que cuando la madre impone una condición, un cachorro naturalmente insistirá en ese interés. Podríamos poner como ejemplo, mamar. Si la madre en ese momento no lo permite o interrumpe la lactancia a quien la muerde, el cachorro aprenderá a frustrarse, lo que implica hacer un cambio en el comportamiento, quizás esperar o mamar sin hincar los dientes, regulando la fuerza de la mordida. Nadie podría hacerlo mejor que la madre.

Es frecuente ver que a los 30 días y con el propósito de preservar a la madre, se la separe temporalmente de sus cachorros lo que impide las interacciones que permiten los aprendizajes mencionados. Y si a esto le sumamos un desapego temprano de 45 días como es frecuente, veremos que el cachorro solo interactúa tres semanas con su madre y hermanos. Las dos semanas que se omiten en la convivencia son fundamentales. A estos cachorros les costara aceptar limites, respetar reglas de convivencia y controlar sus impulsos y emociones.  En estos casos es frecuente el comentario de tutores que manifiestan no poder controlarlos y sufrir mordidas sangrantes en manos y pies.

Período de socialización

Esta etapa va desde las ocho hasta las doce semanas de vida, donde hace un descenso y termina a las dieciséis semanas cuando comienza el cambio de dientes. Los cachorros se vuelven más independientes y confiados, pero también más sensibles al estrés y al miedo, después de las 12 semanas. Es el período más crítico para la socialización con otros perros, personas, animales, objetos y situaciones. Los cachorros necesitan tener experiencias positivas y variadas que les ayuden a adaptarse a diferentes entornos y estímulos. También necesitan aprender normas sociales, límites y reglas básicas de convivencia.

Conclusión

En conclusión, hemos visto que la presencia de la madre en los primeros 60 días de vida de los cachorros, es vital para su desarrollo y una adaptación óptima a la convivencia con humanos. La madre provee no solo alimentación y protección, sino también orientación y educación a los cachorros, ayudándolos a adquirir habilidades esenciales para sus futuras interacciones con humanos y otros perros.

 

Ariel Zapata

 

Dunbar I (2004). Before and After Getting Your Puppy: The Positive Approach to Raising a Happy, Healthy, and Well-Behaved Dog. New World Library.

Overall KL (2013). Manual of Clinical Behavioral Medicine for Dogs and Cats. Elsevier Health Sciences.

Almudena Baroja Cepeda y Lidia Nela Rubio Laguna. El desarrollo del cachorro Atuves N 33 2016

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